!UN POEMA AL MES, MEJORA CUANTO VES!
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, decia BLAS de OTERO en el poema del mismo nombre. Por ello nos hemos permitido hacer una adaptación del poema EL MIEDO, del poeta ruso nacido en Zimá en 1933 YEVGUENI YEVTUSHENKO, adaptándolo a la lucha llevada a cabo por EL FORAT DE LA VERGONYA !tan cerca de donde desarrollamos nuestras actividades! y también ante el peligro que nuevos destrozos a ese patrimonio de todos, como es la destrucción del entorno del PALAU DE LA MÚSICA, que se quiere llevar a cabo con el beneplácito del Ayuntamiento de Barcelona.
Escuchar el poema EL MIEDO
(Dedicado al vecindario del Barrio de Santa Catalina, por su oposición durante años a que el AYUNTAMIENTO DE BARCELONA destruya el barrioen nombre del rigor, la arquitectura el esponjamiento y el progreso)
EL MIEDO está desapareciendo del Barrio de Santa Catálina
como los fantasmas de tiempos pasados
en los porches de las iglesias cercanas solo algunas
mujerucas mendigan el pan de acá para allá.
Recuerdo todavía, aquellos primeros días de enfrentamiento
a las descerebradas actuaciones del ayuntamiento,
aquellos timoratos comienzos de lucha
cuando la corte del consistorio de Barcelona,
defensora de la mentira por decreto, era poderosa y fuerte.
El miedo penetraba en los lugares más recónditos del barrio,
deslizandose como las sombras,
señalando con su dedo acusador a todo aquel que se oponía a sus derribos,
para intentar someterle,
Diciendonos, cuando debiamos ser cómplices de sus derribos,
nos enseñó a gritar,
y a permanecer en silencio cuando nos pedía gritar.
Hoy todo eso nos parece lejano.
Es más, hoy todavía recordarlo nos parece extraño.
El miedo secreto a una denúncia anónima a PROCIVESA(*).
El miedo secreto a una llamada a la puerta de sus policias municipales,
el miedo a hablar con aquellos que nos querian ayudar,
el miedo a hablar abiertamente con nuestros vecinos de escalera y infortunio,
el miedo inexplicable a quedarnos solos y en silenció,
tras una manifestación frente al Ayuntamiento de Barcelona.
No teniamos miedo a ir trabajar, muy de mañana, bajo la tormenta,
ni a movernos entre los barrizales originados por los derribos.
O a tener que patear el barrio acosado por los carros de destrucción masiva municipales.
Pero a veces teniamos un miedo terrible
a hablar con nosotros mismos.
No fuimos destruidos ni corrompidos
y es por eso, por lo que hoy en día este barrio
comienza a desligarse de sus propios miedos,
inspirando con ello más miedo a sus enemigos.
Veo nuevos miedos resurgiendo:
el miedo a no ser leal a lo que se inició,
el miedo a descalificar sin ambages ideas o propuestas que son puras "gilipolleces" (perdoneseme la ligereza).
el miedo a bromear abiertamente de las terribles actuaciones de los verdugos artífices de este destrozo histórico,
el miedo a defender sin ambagues aquello en lo que creemos,
aunque sea solo como cotorras utilizando palabras de otros,
el miedo por inseguridad a que algunos payasos municipalesse puedan sentir ofendidos por decirles abiertamente
que lo son,el miedo a una nueva aberración especulativa en el barrio, la implantación de un hotel junto al Palau,
y el miedo a no confiar demasiado en nosotros mismos.
Los miedos están desapareciendo lentamente del arrasado
Barrio de Santa Catalina,
y mientras escribo estas lineas, a veces inintencionadamente deprisa,
escribo perseguido por un simple miedo:
el de no ser capaz de escribir, con toda mi fuerza,
lo que pienso de esa piara servil, la chusma de arquitectos municipales,
cómplices activos de la destrucción del barrio,
de eso payasos, metidos a políticos,
que autoarrogan rigor a su ignorancia,
y de ese alcalde de aflanada sonrisa,
que confunde el haber sido elegido democraticamente
con la legalidad de su prepotencia.
Miseria con la que nos toca convivir y que ha destrozado mi barrio, EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE BARCELONA.
(*) PROCIVESA.Empresa de gestión del Ayuntamiento de Barcelona para legalizar de manera !¿ humana?! sus desmanes especulativos en el barrio de Santa Catalina.
como los fantasmas de tiempos pasados
en los porches de las iglesias cercanas solo algunas
mujerucas mendigan el pan de acá para allá.
Recuerdo todavía, aquellos primeros días de enfrentamiento
a las descerebradas actuaciones del ayuntamiento,
aquellos timoratos comienzos de lucha
cuando la corte del consistorio de Barcelona,
defensora de la mentira por decreto, era poderosa y fuerte.
El miedo penetraba en los lugares más recónditos del barrio,
deslizandose como las sombras,
señalando con su dedo acusador a todo aquel que se oponía a sus derribos,
para intentar someterle,
Diciendonos, cuando debiamos ser cómplices de sus derribos,
nos enseñó a gritar,
y a permanecer en silencio cuando nos pedía gritar.
Hoy todo eso nos parece lejano.
Es más, hoy todavía recordarlo nos parece extraño.
El miedo secreto a una denúncia anónima a PROCIVESA(*).
El miedo secreto a una llamada a la puerta de sus policias municipales,
el miedo a hablar con aquellos que nos querian ayudar,
el miedo a hablar abiertamente con nuestros vecinos de escalera y infortunio,
el miedo inexplicable a quedarnos solos y en silenció,
tras una manifestación frente al Ayuntamiento de Barcelona.
No teniamos miedo a ir trabajar, muy de mañana, bajo la tormenta,
ni a movernos entre los barrizales originados por los derribos.
O a tener que patear el barrio acosado por los carros de destrucción masiva municipales.
Pero a veces teniamos un miedo terrible
a hablar con nosotros mismos.
No fuimos destruidos ni corrompidos
y es por eso, por lo que hoy en día este barrio
comienza a desligarse de sus propios miedos,
inspirando con ello más miedo a sus enemigos.
Veo nuevos miedos resurgiendo:
el miedo a no ser leal a lo que se inició,
el miedo a descalificar sin ambages ideas o propuestas que son puras "gilipolleces" (perdoneseme la ligereza).
el miedo a bromear abiertamente de las terribles actuaciones de los verdugos artífices de este destrozo histórico,
el miedo a defender sin ambagues aquello en lo que creemos,
aunque sea solo como cotorras utilizando palabras de otros,
el miedo por inseguridad a que algunos payasos municipalesse puedan sentir ofendidos por decirles abiertamente
que lo son,el miedo a una nueva aberración especulativa en el barrio, la implantación de un hotel junto al Palau,
y el miedo a no confiar demasiado en nosotros mismos.
Los miedos están desapareciendo lentamente del arrasado
Barrio de Santa Catalina,
y mientras escribo estas lineas, a veces inintencionadamente deprisa,
escribo perseguido por un simple miedo:
el de no ser capaz de escribir, con toda mi fuerza,
lo que pienso de esa piara servil, la chusma de arquitectos municipales,
cómplices activos de la destrucción del barrio,
de eso payasos, metidos a políticos,
que autoarrogan rigor a su ignorancia,
y de ese alcalde de aflanada sonrisa,
que confunde el haber sido elegido democraticamente
con la legalidad de su prepotencia.
Miseria con la que nos toca convivir y que ha destrozado mi barrio, EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE BARCELONA.
(*) PROCIVESA.Empresa de gestión del Ayuntamiento de Barcelona para legalizar de manera !¿ humana?! sus desmanes especulativos en el barrio de Santa Catalina.